Sanatorio Beelitz-Heilstätten

Un gigantesco complejo hospitalario abandonado en un bosque oscuro y húmedo. En el top five de los sanatorios abandonados sin duda, el Beelitz-Heilstätten merece un puesto privilegiado. Situado en el suroeste de Berlín, cerca de Potsdam, dentro de un denso bosque de pinos, este inmenso complejo hospitalario fue construido en 1898 siguiendo los planos del arquitecto Heino Schmieden.

Vista frontal sanatorio


El complejo contaba con edificios separados para diversos usos y especialidades. Enfermedades contagiosas, rehabilitación, crónicos, etc. junto a los edificios para el personal y la administración. Incluso contaba con su propia planta de generación eléctrica, un salón de actos y capilla.

Torre sanatorio
Durante la primera y la segunda guerra mundial, el sanatorio se convirtió en hospital de guerra llegando a albergar,  entre 1914 y 1915, hasta 17500 convalecientes. Uno de ellos fue Adolf Hitler, que pasó allí una temporada en 1916 para recuperarse de las heridas que sufrió durante la batalla de la Somme. Tras la Segunda Guerra Mundial, en el año 1945, el complejo hospitalario pasó a manos de la Unión Soviética y quizá due entonces cuando se vivieron los momentos más oscuros en su interior… Y en manos rusas continuó hasta el año 1995, convirtiéndose así en el mayor complejo hospitalario ruso fuera de sus fronteras. Cuando los soviéticos abandonaron Alemania, tras la caída del telón de acero y la progresiva cesión de poderes, se rehabilitaron algunos edificios –que son usados hoy en día- ya fuera con fines sanitarios o simplemente como museo. De este modo, continúan activas secciones del hospital, como el centro de rehabilitación neurológico y un laboratorio para la investigación y el cuidado para las víctimas de la enfermedad de Parkinson. La mayor parte del complejo permanece al total abandono, sin ninguna previsión de uso por el momento.

Pero lo que atrae a los investigadores de esta zona son las historias de apariciones, de fantasmas y espectros que en su interior han sido vistos por los aterrados testigos que han tenido la “desgracia” de encontrarse cara a cara con alguno de ellos. Y es que en uno de los “módulos” sanitarios de este complejo aseguran que se puede ver nítidamente a un extraño sujeto que, con bata blanca de enfermo, vaga errático por el pasillo del ala destinada a enfermos contagiosos; lívido, como si esperara su muerte…
Claus y Stefan Jansen son dos hermanos que una noche decidieron explorar los pasillos de este edificio encontrándose con algo que les rompió los esquemas:
Pasillo sanatorio
“Habían pasado las ocho de la noche, hacía frío y estábamos en el ala de tuberculosos. Dejamos nuestras grabadoras para ver si captábamos alguna psicofonía y cuando nos alejamos hacia otro lugar, de repente sentimos como si algo arañara el suelo y acudimos hacia donde lo habíamos oído creyendo que podía ser un animal. Al final del pasillo, entre el frío, vimos cómo surgía la figura de un hombre en camisón de enfermo, de aspecto casi mortecino, con los ojos amoratados y pálido. Por cómo iba, en aquel ambiente, sabíamos que no podría tratarse de alguien vivo, de alguien de este mundo.”

Thomas Sauter es otro de los jóvenes que un día exploró esos pasillos y encontró lo imposible:
Escaleras sanatorio
“Era una chica joven, de pelo rojizo, estaba mirando por una ventana. La alumbramos creyendo que era alguien que podía haberse quedado allí o de otro grupo de investigación, pero no había nadie. Fue al irnos cuando vimos a alguien tras nosotros. Nos miraba. Al pie de la escalera estaba una chica con camisón, pálida, pelirroja, que parecía como si quisiera que la siguiéramos. Fue tan grande la impresión que salimos corriendo mientras la chica se desvanecía. En otra ocasión la vimos junto a otros chicos que también investigaban. Iban dos amigos y una chica llamada Andrea Gentner. Ella se lo tomaba a broma, pero hubo un momento en el que nos asustó porque se comenzó a poner muy pálida y a decir que nos fuéramos de allí. La sacamos medio desmayada y cuando bajábamos las escaleras, junto a la ventana, estaba aquella otra chica pelirroja mirándonos inexpresiva.”
En esta zona también acostumbran a entrar en estos lugares y contactar con el más allá mediante la ouija. Elka Weiss y Marco Kroos son dos jóvenes que entraron en aquel lugar a desarrollar sus experiencias espiritistas…

Habitación sanatorio
“Era de noche, y habíamos dejado el automóvil en un lado de la carretera. Estábamos con dos amigas más y Elke tomó la tabla ouija de su abuela, quien siempre le advertía que no debía jugar con esas cosas. Fuimos allí y en la zona infantil estuvimos con la ouija, pusimos velas y mantas en el suelo y comenzamos a pedir a los espíritus que se manifestaran. Nada pasaba, pero cuando nos íbamos, sin que hubiese nadie junto a la ouija, el puntero de ésta se comenzó a mover. Nos quedamos impresionados; todos lo vimos. Alumbramos la ouija con la linterna, y comenzó a marcar. Primero una A, luego una U, luego una B, una E, una R y finalmente una H… Y se sintió un grito. Salimos corriendo de allí, dejando las mantas y el tablero. Cuando volvimos algunos días después, no había ni rastro de la misma, y las mantas aún estaban allí.”

No hay ninguna explicación a todos los testimonios, salvo que el miedo y la sugestión hicieron de las suyas. Pero, ¿puede sugestionarse un aparato electrónico, como por ejemplo en el caso de las psicofonías? Michael Reisinger, grabó varias psicofonías muy inquietantes. En una se sentía llorar y gritar y no había nade cuando las grabó. En otras se escucha como si alguien hablara en ruso y alemán… Y también se han grabado sonidos sordos, como disparos.

En este lugar tan impresionante se han rodado películas como:  El pianista - Polanski o la última de Tom Cruise - Valkiria.

Fotos hechas por Sophos9 de TalkUrbex 

2 memorias:

  1. Hola, es muy interesante tu blog asi que voy a seguirte ^^
    sobre lo del comentario, la verdad es que te entiendo, la entrada solo dice lo que siento pero en realidad no lo tengo sino que lo tuve y lo perdi.
    Entiendo como puedes llegar a sentirte, y dejame decirte que la vida da muchas vueltas, a veces las cosas no son como parecen y con el paso del tiempo te das cuenta de ello.
    Aunque no te conozco te deseo toda la suerte del mundo en eso :)
    Sinceramente

    Natasha

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  2. Sin duda una entrada interesante que ha conseguido transmitirme cierto miedo con los testimonios que has comentado. También decirte que has escogido muy bien las fotos.

    A la espera de nuevas entradas,

    Gabriel.

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