El bosque de los suicidios

Una noche un hombre iba atravesando por un bosque, donde había ocurrido muchos casos de suicidio. El bosque era tan enorme que apenas se encontraban los restos. El hombre iba en coche, y con un poco de miedo, ya que conocía la fama que tenía ese bosque.

"Dios mío, no me extraña que vengan aquí a suicidarse, esto está más perdido que... eh, ¿qué es eso?"

Notó que había algo en la carretera y cuando estaba ya cerca vio que era una pareja tendida en el suelo. La chica no se movía pero el chico estaba haciendo señal pidiendo ayuda.

El hombre se bajó del coche y le preguntó: "¿Qué os ocurre? ¿Que haceis en un sitio como este?"

"Vinimos a suicidarnos. Nosotros queríamos casarnos, pero nuestros padres no nos permitieron por eso vinimos aquí, pero estoy arrepentido, por favor llévanos a algún hospital..."

El hombre llevó al coche a la chica que no se movía y le ayudó al chico a subir. Corrió todo lo que podía hasta llegar a un hospital más cercano mientras oía la voz del chico. "¿Está lejos el hospital? Por favor dese prisa..."

El coche llegó al hospital. "¡¡Socorro, por favor, hay dos que están muy grave!!" El hombre explicó todo lo que había pasado mientras sacaban a los dos de su coche. Parecía que el chico había perdido el conocimiento.

El hombre tuvo que esperar un buen rato hasta que salió el médico que examinaba a los dos. 
-Doctor, ¿cómo están? ¿Se salvarán?
-Siéntese... Vamos a ver, según lo que explicó los encontró en el bosque, ¿verdad?
-Sí
-¿Hace cuánto tiempo?
-Hará.. como una hora o un poco más...
-Y dice que habló con el chico.
-Sí, la chica no estaba consciente pero el chico me explicó lo que pasó y todo el camino me estaba diciendo que corriera, que me diera prisa.
-Es que... es muy extraño... Los he examinado y los dos están muertos por lo menos desde hace 5 horas...


Realidad

En las faldas del monte Fuji se ubica el Aokigahara o Bosque de los suicidios, uno de los lugares más misteriosos y enigmáticos de Japón. Allí, decenas de personas buscan anualmente su suelo con el único objetivo de acabar con sus vidas. ¿Qué esconde este bosque que lo hace tan atractivo para los suicidas? ¿Por qué éste y no otro lugar?

Recorrer sus caminos da escalofríos, miles de cadáveres aparecen de pronto ante la vista del visitante ya sea regados de manera desordenada por toda la superficie o en el peor de los casos, colgando de las ramas de los árboles. Las imagenes resultan verdaderamente chocantes para quien no esté preparado a verlas, no solo por la condición de los cuerpos, que muchos han sido descompuestos en la intemperie, sino por la cantidad de ellos, según estadísticas policiales anualmente cerca de cien personas deciden acabar con su vida en este lugar.

Hombre colgando¿Pero por qué este bosque en particular? Sobre las razones del por qué la gente busca este punto para suicidarse hay algunos que dicen que la mayoría de las personas que han encontrado la muerte en este bosque no lo han hecho por decisión propia sino, por accidente, y es que muchos aseguran que el Aokigahara es uno de los mayores centros magnéticos de hierro del planeta, y según esto, tanto brújulas como compases e incluso, los equipos GPS dejan de funcionar, provocando que cualquier viajero pierda su ruta y se pierda. Esto ha quedado totalmente desmentido por la policía quien no sólo han comprobado la eficacia de las brújulas en la zona, sino que resulta evidente que los cuerpos hallados en el bosque pertenecen a suicidas y no ha viajeros comunes, debido a las huellas, rastros y objetos encontrados en alrededores.

Otra explicación señala que las personas eligen este lugar porque a fin de cuentas le sale mucho más barato a la familia del suicida el matarse en el bosque que suicidándose en la ciudad. En Japón, como se sabe, el suicidio no sólo conlleva a la perdida económica de la familia en cuanto a los gastos de sepelio, sino que además de esos gastos, la familia deberá afrontar muchos otros ligados a la ciudad, por ejemplo, si el suicida decide morir lanzándose a las vías del tren de su distrito, la familia, una vez muerto el sujeto, deberá pagar a la compañía de tren el costo por el peligro al que estuvo expuesto y al tiempo o cualquier otro daño material producido. Esto mismo ocurre con cualquiera que se quiera lanzar de un edificio, puente, etcétera.

Sin embargo, la respuesta del por qué este bosque, aún no ha podido resolverse.

Sea como sea, las historias que se tejen sobre el bosque de los suicidas al parecer no llaman tanto la atención de los japoneses como podría uno imaginarse, y es que en este país, el suicidio, a diferencia de la percepción occidental, no es considerado un acto de cobardía y pecaminoso sino muchas veces, este acto está más bien ligado con el honor, la moral y la valentía.

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